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MONICA PASCUAL

"ME QUIERO"

Del 27 de abril al 17 de mayo de 2024, podréis venir a ver las últimas creaciones de la artista palentina. Una muestra organizada con la colaboración especial del comisario Pedro Huidobro, quien ha visitado su estudio y escribe sobre su trabajo y evolución pictórica. En Espacio75 estamos seguros de que su pintura os va conquistar por su frescura y sus mensajes asertivos y tremendamente reivindicativos.

No temer al pasado, revivir el recuerdo y reconocerse en el presente, remover lo que ha sido con lo que está siendo para volver a dar con nuestro propio yo, volver sobre uno mismo. Quizá sea esa la única forma de hacer que la vida tenga sentido o, al menos, de que parezca habérselo encontrado.

La obra de Mónica Pascual transita por estos territorios del auto-reconocimiento -de la búsqueda del verdadero yo, un yo que parece haberse difuminado con el paso del tiempo y sus nuevos escenarios y por el que se ha emprendido la aventura del retorno- para ir a dar con una identidad que tras muchos años parecía irrecuperable.

De entre las infinitas formas que hay de perder nuestro yo interior, las hay en las que, sencillamente, la vida se nos impone y nos exige detenernos, hacer un alto en el camino y cambiar de rumbo por completo sin un tiempo ni un final estimados. Etapas de quiebra en la vida, momentos a partir de los cuales no se nos garantiza volver a ser quien éramos. Tramos tan vitales y de tal magnitud como el de la maternidad que, para Mónica, como para otras tantas mujeres, fue una de esas pausas indefinidas por las que se apearon de la autorrealización para entregarse al cuidado de sus hijos. Durante todo ese tiempo de entera dedicación a sus dos hijas, Mónica se vio obligada a dejar de lado su carrera y su vocación artística, abandonando esos espacios interiores de realización personal, hasta llegar a un punto de casi no retorno.

Es en esos momentos de pérdida del yo cuando se vuelve imperativo posar la mirada en lo vivido, escarbar en nuestra historia personal reciente. Este empeño de preguntarnos y examinarnos hasta hallar respuestas para volver a ser quien éramos articula la obra de Mónica Pascual. Sus obras son una reafirmación de lo aprendido durante esta etapa de reconciliación consigo misma, una especie de moraleja íntima que parece haber sido extraída del proceso creativo y vital a la par.

Si en la última exposición monográfica de Mónica Pascual, la que inauguró Espacio75, veíamos una obra más contenida en el gesto, de menor tamaño, con el papel como soporte, y con formas menos expandidas y seguras -producida en una primera fase del reencuentro con la pintura, a la que sigue una vorágine creativa y de expresividad desmedida de todo lo que había sido contenido durante tanto tiempo- en la muestra actual podemos apreciar un paradigma radicalmente distinto. El lienzo es ahora el protagonista, y las siluetas del grafito, del rotulador, y los sprays, se mezclan con el acrílico más serenamente. Mónica dispone en sus telas los retales de un pasado dulce y meditado, al que no hay nada que objetar y del que solo queda ser contemplado con sosiego. Y al punto, afloran del entramado de colores unas frases sencillas que llevan consigo mensajes de reivindicación personal <<me quiero>>, <<soy mi amor>>...

La reflexión vital se ha trasladado al lienzo en una máxima del auto-cuidado, cuidarse a una misma como premisa fundamental de todo lo que venga, ser una misma el espacio íntimo de su realización personal que es el arte. Mónica pinta porque se ha reconocido, ha vuelto a dar consigo misma en su obra, y he aquí el aprendizaje: su alegría es pintar. Y la nuestra, la de ver lo pintado.

Pedro Huidobro

Obras de la exposición 

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